Juan Bautista Alberdi se convirtió en el epicentro de un terremoto político y judicial tras la viralización de un audio que compromete al intendente Luis “Pato” Campos. La grabación, de más de seis minutos, expone una conversación cruda con el empresario Roque “Chipi” Giménez, donde se mencionan presuntos vínculos con el narcotráfico, inacción frente al narcomenudeo y hasta una propuesta para que Campos ceda su cargo. La filtración, que estalló el 3 de junio pasado, desató una crisis institucional que pone en jaque la gestión municipal y reaviva el debate sobre la lucha contra el narcotráfico en Tucumán.
El martes pasado, Alberdi amaneció con la noticia de la detención de Rodrigo “Patón” Campo y Leandro González, sorprendidos con un kilo de cocaína. Campo, allegado a Carlos “Kokoz” Rodríguez —un empleado municipal detenido en Salta por un doble homicidio narco—, trabajaba bajo las órdenes del secretario de Hacienda, José Roldán, ya denunciado por el legislador José Cano por supuestos nexos con el narcotráfico.
Pero el verdadero golpe llegó horas después, cuando un audio comenzó a circular como reguero de pólvora. En él, una voz atribuida a Campos dialoga con Giménez, quien lo increpa: “Acá el intendente soy yo, a la Policía la manejo yo, a la droga la manejo yo y todo lo manejo yo. Si necesitás un Al Capone pa’ gobernar, no un Lazy”. Giménez, empresario de la construcción con obras públicas en Alberdi, incluso presiona: “Armame una licencia tuya y una interna. Yo quiero ser el intendente”. La crudeza de la charla, sin cortes evidentes, y la familiaridad entre los interlocutores amplificaron su impacto, como señaló el periodista Carlos Rosznercki.
Campos, un peronista con trayectoria como intendente y ex secretario de Estado de Gobierno bajo Juan Manzur, rompió el silencio este último viernes en la Casa de Gobierno. Visiblemente tenso, reconoció que la voz en el audio es suya, pero negó cualquier vínculo con el narcotráfico. Según él, la grabación, de hace un año, se refiere a un robo sufrido por un tercero, y cuestionó su legalidad: “Grabar sin consentimiento es ilegal”. Aseguró al gobernador Osvaldo Jaldo su inocencia y se aferró al cargo: “No voy a renunciar. Estoy más firme que nunca. El pueblo de Alberdi está conmigo”.
Sin embargo, su defensa no calmó las aguas. En las calles de Alberdi, vecinos salieron a protestar frente a la Municipalidad, exigiendo respuestas. “Venimos denunciando esto hace años y nadie nos escuchó”, expresaron.
El impacto político fue inmediato. Jaldo, alineado con una postura de “tolerancia cero” al narcotráfico, tomó distancia de Campos y no descartó una intervención del municipio. “El intendente tiene que reaccionar, tiene que hablar. No permitiremos que funcionarios estén ligados con la droga. Si la Justicia no actúa, el Gobierno pondrá la denuncia”, sentenció l. Jaldo destacó los avances de su gestión contra el narcomenudeo, con más de 300 condenas y un récord de secuestros de droga en 2025, pero dejó claro que “caiga quien caiga” enfrentará la ley.
¿Habrá intervención?
La amenaza de intervención, una medida excepcional, reflotó rumores de una reunión entre Campos y el Ministerio del Interior para evaluar su continuidad. El legislador José Cano redobló la presión al anunciar una denuncia formal ante la Justicia Federal, argumentando que el audio es solo la punta de un iceberg de “corrupción y negocios ilícitos” en Alberdi.
Judicialmente, el escándalo dio un giro el 8 de junio, cuando la Justicia ordenó una investigación sumaria contra Campos por presunta malversación de fondos públicos, sin descartar otros delitos. El domicilio de Giménez fue allanado, ya que se presume que él grabó la conversación. El jefe de Policía, Joaquín Girvau, confirmó que se analizan las grabaciones para determinar los pasos a seguir, mientras el Ministerio Público Fiscal profundiza las pesquisas sobre los vínculos narcos. La detención de Campo y González, sumada a la situación de Rodríguez, refuerza las sospechas sobre una red que involucraría a funcionarios municipales. Roldán, el secretario de Hacienda, permanece en silencio, aunque su abogado anticipó que no hará declaraciones públicas.
Las consecuencias políticas y judiciales aún se escriben. En Alberdi, la confianza en la gestión de Campos está resquebrajada, y su negativa a renunciar tensiona su relación con el Ejecutivo provincial. Si la Justicia avanza o Jaldo concreta la intervención, el intendente podría enfrentar un final abrupto de su carrera. Mientras, los vecinos, hartos de promesas, exigen un municipio libre de corrupción y narcotráfico. En las redes, el hashtag #AlberdiBasta refleja el clamor popular, y en los bares de la plaza principal, la pregunta es una sola: ¿quién manejará Alberdi cuando la tormenta pase? Este escándalo, más que un audio, es un grito que expone las grietas de un sistema que, según Cano, “arrastra años de impunidad”. Tucumán observa, y Alberdi espera justicia