Macri vuelve del sur para la reunión de mañana, en medio de una cada vez más dura disputa en la Ciudad de Buenos Aires. El antecedente bonaerense del 2013
Por Federico Mayol
El ex presidente Mauricio Macri, junto a al jefe de Gobierno, Jorge Macri
Consciente de las muy altas chances de que el contenido de la reunión se filtraría en pocos minutos entre los periodistas, Jorge Macri relevó al resto de los participantes del zoom de la confidencialidad y pidió que, en ese caso, dijeran que no es cierto que él no propicia un acuerdo con el gobierno, si no que quería que le expliquen cómo llegar a ese objetivo si el propio Javier Milei lo incluyó el fin de semana en una supuesta “campaña de indignación” por sus polémicas declaraciones en Davos, y las principales redes libertarias lo atacaron sin pausa durante las últimas 24 horas.

Desde Cumelén, con el lago Nahuel Huapi de fondo, a punto de volar a Buenos Aires para encabezar este miércoles la primera reunión presencial del PRO del año, Mauricio Macri escuchó atento al jefe de Gobierno, enfrentado en durísimos términos con la conducción de La Libertad Avanza y al mando de una estrategia de confrontación ante la embestida del “triángulo de hierro” sobre la capital, el último bastión de la resistencia amarilla.
Como su primo, el ex presidente está notoriamente molesto por la decisión de los hermanos Milei de avanzar contra sus intereses en la Ciudad de Buenos Aires, evidenciada por el bloque de LLA oficial que se opuso en la Legislatura a casi todas las iniciativas del jefe de Gobierno y que en los próximos días sumará a tres nuevos legisladores que dejarán la bancada de la coalición oficialista en territorio porteño, encabezados por Juan Pablo Arenaza y apadrinados por Patricia Bullrich. Habría novedades en breve, ahora que la ministra de Seguridad volvió de unos días de vacaciones en Disney, Orlando, y que Karina Milei terminó la gira presidencial por Estados Unidos y Suiza.
“En la ciudad, la apuesta es a matarlos”, resaltó anoche una fuente oficial que conoce bien de cerca la estrategia porteña de los hermanos Milei y Santiago Caputo, el principal asesor del presidente.
En el zoom, el jefe del PRO mencionó la falta de colaboración de los libertarios en la capital más de una vez. Lo hizo con nombre y apellido, ofuscado, en una reunión que se prolongó por más de una hora y que incluyó a intendentes, gobernadores y legisladores como Rogelio Frigerio, Cristian Ritondo, Diego Santilli, Soledad Martínez o Guillermo Montenegro, entre otros, y que sirvió además para repasar el temario de extraordinarias planteado por el Ejecutivo -hay consenso en apoyar la suspensión de las PASO, no en eliminarlas- y para definir la cumbre de mañana, la segunda en 72 horas, una señal de la urgencia que atraviesa al macrismo desde que el gobierno se fijó el objetivo de limar a diario a los Macri y atraer a varios de sus dirigentes.
No estuvo Ignacio Torres, el otro gobernador, que inauguraba el ciclo lectivo en el interior de Chubut y que se excusó por problemas de conectividad. Ni torres ni Frigerio tienen previsto estar este miércoles. Prefieren, por el momento, abocarse a la gestión, y mantener sus propia interlocución con la Casa Rosada, por fuera de la conducción partidaria que tiene en los Macri a sus principales accionistas, con foco en la administración porteña.
En ese contexto, la posibilidad de un acuerdo electoral entre cúpulas parece cada vez más lejano. “Nunca estuvimos tan lejos”, aseguró ayer un colaborador del ex presidente que transmite sus pensamientos. A Macri le gustaría acercar posiciones, pero no oculta su fastidio por lo que considera un destrato público y privado. Por parte del presidente, y en particular de su hermana Karina y del consultor Caputo. Dicen que cuando le propuso a Milei un equipo de trabajo, hace algunas semanas, lo hizo a sabiendas de que, enfrente, la respuesta sería negativa. Para exponer el posicionamiento de cada sector.
Sin acuerdo en la capital, con una convocatoria a elecciones anticipada que, por ahora, no sirvió para independizarse de la discusión nacional, entre la dirigencia del PRO con asiento territorial en la provincia de Buenos Aires empezaron a plantear ayer la posibilidad de avanzar en una alianza electoral en ese distrito clave para el PJ. Es la primera vez que se presenta puertas adentro esa opción, con autonomía de lo que se decida en la Ciudad, en este caso con una guerra a cielo abierto con el gobierno. En la Provincia, además, están representados la mayoría de los dirigentes que quieren acordar con Milei, como Ritondo o Santilli, y que sienten cada vez más la incomodidad de la disputa pública y privada entre la conducción de LLA y la del PRO encarnada por los Macri.
Es más. Ayer, cerca de algunos de esos legisladores recordaron el antecedente del 2013, cuando los primos llegaron a un acuerdo en territorio bonaerense con el Frente Renovador de Sergio Massa, que aceptó la inclusión de dirigentes del PRO en una lista conjunta para enfrentar a Cristina Kirchner, también ahora en la vereda de enfrente pero con una disputa interna con Axel Kicillof.
En aquel momento, el trato lo cerró el propio Jorge Macri en una reunión celebrada en Tigre, avalada por el ex presidente. El pacto incluyó un acuerdo de no agresión en la ciudad, que ese año renovó senadores. “Nadie me pidió que abandone la pertenencia partidaria, y mi referencia sigue siendo el PRO y Mauricio Macri”, opinó por entonces, hacia fin de ese 2013, Jorge Macri al diario La Nación.
Es cierto que, en esos años, el PRO era un espacio en crecimiento. Cerca del ex presidente reconocen ahora la “delicada” situación partidaria que llevó al jefe de Gobierno a agitar una posible candidatura de su primo que no quiere saber nada con esa idea, aunque en su entorno dejan una hendija ante la seriedad de la crisis.
“Estamos frente a un proceso de purificación”, explicaron este lunes. Dicen que la salida de Luis Juez del bloque del PRO del Senado es parte de ese proceso. Será reemplazado, de no mediar imprevistos, por Alfredo de Angeli.Javier Milei junto a su hermana Karina, la semana pasada en Davos
Pero más allá de ese reconocimiento, en la cúpula del PRO buscan resistir a la diáspora de dirigentes que quedó inaugurada con el pase de Diego Valenzuela, que aunque ya trabajaba desde hace rato con el gobierno instaló un clima de migración interna hacia LLA. En Casa Rosada siguen con atención el movimiento de otros colegas del intendente de Tres de Febrero. La estrategia la pulen Caputo y la hermana del presidente, que define los tiempos. “La diáspora será infinita”, se jactó ayer una fuente oficial. Cerca de los Macri saben que Néstor Grindetti, el último candidato a gobernador bonaerense del PRO, un hombre que conoce desde hace décadas al ex presidente y que lo acompañó en la fundación del partido, fue tentado en estas semanas.
Saben también que hay otros dirigentes se sienten cada vez más atraídos por el gobierno, pero que no van a cruzar la tranquera si no es como parte de un acuerdo global. Hay conversaciones cruzadas de manera permanente. Quieren forzar a Macri a acordar como sea. Sin unidad, no hay dirigentes del PRO entusiasmados a enfrentarse a LLA. Cerca del jefe del PRO dan cuenta de que no es él el que no quiere el acuerdo.
Fuente: Infobae