El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) anunció hoy que la inflación de mayo de 2025 alcanzó el 1,5%, marcando el índice mensual más bajo desde mayo de 2020, en plena pandemia. Este dato, que refleja una desaceleración significativa respecto al 2,8% de abril, consolida una tendencia descendente y genera optimismo en el gobierno de Javier Milei, que celebra el número como un hito en su plan de estabilización económica. Sin embargo, analistas advierten que la baja se da en un contexto de recesión y caída del consumo.


El Índice de Precios al Consumidor (IPC) nacional mostró una variación acumulada del 13,3% en los primeros cinco meses del año y un incremento interanual del 43,5%, el menor desde marzo de 2021. La inflación núcleo, que excluye precios regulados y estacionales, fue del 2,2%, indicando que los rubros menos volátiles aún mantienen cierta presión. Entre los sectores con menor aumento destacaron Alimentos y bebidas no alcohólicas (0,5%) y Transporte (0,4%), mientras que Comunicación (4,1%) y Restaurantes y hoteles (3%) lideraron las subas.


El dato de mayo superó las expectativas de las consultoras privadas, que proyectaban un IPC entre 1,7% y 2%. Por ejemplo, EcoGo estimó 1,9%, Orlando Ferreres 1,8%, y la Fundación Libertad y Progreso 1,7%. En la Ciudad de Buenos Aires, el IPC porteño fue del 1,6%, un indicador que suele anticipar la tendencia nacional. Factores como la estabilidad cambiaria, la reducción de impuestos, eventos comerciales como el Hot Sale y una menor incidencia de precios estacionales, como frutas y verduras (-2,7%), contribuyeron a la desaceleración. Productos como lechuga (-25,3%), limón (-23%) y tomate (-8,9%) registraron bajas significativas.


Desde el gobierno, el presidente Milei, quien anticipó este resultado durante el Madrid Economic Forum, destacó que “la inflación en Argentina será historia del pasado” si se mantiene el superávit fiscal y una intervención acertada en el mercado cambiario. El ministro de Economía, Luis Caputo, señaló que las listas de precios de junio muestran poco movimiento, con ejemplos como el aumento de solo 2% en productos como Coca-Cola. El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central proyecta una inflación de 1,9% para junio y un cierre anual del 28,6%, lejos del 211,4% de 2023.


Sin embargo, el panorama no es unánimemente positivo. Analistas como los de Página/12 y la consultora C&T señalan que la baja inflación responde a una recesión profunda, con una caída del consumo y licuación de salarios. “El freno de los precios no es un plan virtuoso, sino consecuencia de un ajuste brutal”, indicaron. La canasta básica para una familia de cuatro personas alcanzó los $1.110.063 en abril, un 34% más que el año anterior, sin incluir alquileres, lo que refleja la presión sobre los ingresos. Además, el crecimiento del crédito bancario y tasas de interés reales cercanas a cero podrían complicar la lucha contra la inflación en el futuro.


En las redes sociales, el dato generó reacciones mixtas. Usuarios como
@FinanzasArgy celebraron que más de la mitad de las consultoras anticiparan un IPC por debajo del 2%, mientras que
@porquettfin proyectó un junio aún más bajo. Sin embargo, otros cuestionan si la desaceleración se traduce en alivio para el bolsillo. “Los precios no bajan, solo suben más lento”, se lee en publicaciones en X.
El gobierno apuesta a que esta tendencia consolide la confianza en su programa económico, que incluye la eliminación del cepo cambiario y ajustes en precios relativos. No obstante, el desafío persiste: sostener la baja inflación sin profundizar la recesión ni erosionar el poder adquisitivo. Mientras tanto, los argentinos esperan que el “freno” a los precios se sienta en los supermercados y en sus bolsillos.