Teherán/Jerusalén, 12 de junio de 2025 – El mundo contiene el aliento tras el ataque aéreo de Israel contra instalaciones nucleares y militares en Irán, ocurrido en la madrugada de este jueves, según reportes de medios internacionales y publicaciones en X. La operación, descrita por Israel como una acción preventiva para frenar el programa nuclear iraní, ha desencadenado una escalada de tensiones en Medio Oriente, con Irán declarando un estado de emergencia nacional y prometiendo una respuesta contundente. La comunidad internacional teme que este intercambio pueda derivar en un conflicto regional de mayor escala.
El ataque, confirmado por fuentes israelíes citadas por Reuters, tuvo como objetivos instalaciones de producción de misiles balísticos y sitios nucleares en las provincias de Teherán, Karaj e Isfahán. Israel alega que la operación fue una respuesta a los ataques iraníes con misiles balísticos del 1 de octubre de 2024, así como a la amenaza existencial que representa el avance del programa nuclear iraní. Según el ejército israelí, la operación involucró cerca de 100 cazas F-35 y F-15, que atacaron en tres oleadas, evitando deliberadamente instalaciones petroleras para contener la escalada. Sin embargo, Irán reportó la muerte de al menos cuatro soldados y daños en bases militares, calificando el ataque como una “violación flagrante” del derecho internacional.
En Teherán, el líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, afirmó que Israel “cometió un error de cálculo” y que Irán “corregirá” esta agresión, aunque instó a no minimizar ni exagerar el impacto del ataque. Los medios iraníes, en un intento de proyectar normalidad, transmitieron imágenes de mercados funcionando, pero el despliegue de aviones de combate iraníes y la interrupción de vuelos comerciales en el espacio aéreo del país evidencian la gravedad de la situación. En X, usuarios como
@Argenpoirot
reportaron que Irán movilizó defensas aéreas y que el precio del petróleo subió un 6% tras el ataque, reflejando la inquietud en los mercados globales.
La reacción internacional no se hizo esperar. Estados Unidos, principal aliado de Israel, aclaró que el ataque fue una decisión unilateral de Jerusalén, aunque reafirmó su apoyo a la seguridad israelí. El presidente Joe Biden, en un comunicado, instó a ambas partes a evitar una escalada mayor, mientras el Pentágono autorizó la repatriación de personal no esencial de bases en la región. La Unión Europea, a través de su alto representante Josep Borrell, condenó cualquier acción que desestabilice la región y pidió un cese inmediato de hostilidades. Rusia y China, aliados de Irán, acusaron a Israel de “provocación irresponsable” y advirtieron sobre las consecuencias de un conflicto ampliado.
El trasfondo de este ataque se remonta a una serie de enfrentamientos entre ambos países. En abril y octubre de 2024, Irán lanzó ataques con misiles y drones contra Israel en represalia por el asesinato de líderes de Hamás y Hezbolá, así como por un bombardeo israelí en Damasco. Israel, por su parte, ha intensificado sus operaciones contra Irán y sus aliados en Líbano, Siria y Gaza, en un contexto de creciente presión interna para neutralizar la amenaza iraní. La decisión de atacar sitios nucleares, aunque no se confirmaron daños significativos en ellos, marca un punto de inflexión, ya que cruza una línea roja para Teherán.
En Argentina, el gobierno de Javier Milei expresó su respaldo a Israel, calificándolo como “baluarte de los valores occidentales” en la región, una postura que generó críticas en sectores que temen un impacto económico por la suba del petróleo. En X, publicaciones como la de
@azucenau reflejan la preocupación global, mientras que @AlertaMundoNews destaca la magnitud de la operación israelí. Analistas advierten que Irán enfrenta un dilema: responder militarmente podría desencadenar una guerra abierta, pero no hacerlo proyectaría debilidad.
Mientras el Consejo de Seguridad de la ONU se reúne de emergencia, el riesgo de una “tercera guerra mundial”, como algunos usuarios en X han especulado, sigue siendo una sombra. La región, ya golpeada por la guerra en Gaza y los enfrentamientos en Líbano, está al borde de un punto sin retorno. La comunidad internacional urge a la diplomacia, pero con ambos países en máxima alerta, el futuro inmediato permanece incierto.