Este domingo Formosa se prepara para un día clave con las elecciones provinciales, un evento que renovará la mitad de su Cámara de Diputados y elegirá 30 convencionales constituyentes para reformar la Constitución local, además de definir concejales en varios municipios. Más de 480,000 electores están habilitados para votar en este comicio, desdoblado de las elecciones nacionales del 26 de octubre, en un contexto marcado por la hegemonía de 30 años del gobernador Gildo Insfrán y las tensiones políticas que su liderazgo genera.
Con la ley de lemas en juego y una participación incierta, el resultado podría redefinir el poder en la provincia, mientras el ausentismo y las denuncias de irregularidades amenazan con empañar la jornada.
La convocatoria, firmada por Insfrán en abril mediante el Decreto Nº 325/25, responde a la necesidad de reformar la Constitución tras un fallo de la Corte Suprema en 2024, que declaró inconstitucional el artículo 132, eliminando la reelección indefinida del gobernador peronista. Este domingo, los formoseños elegirán 15 diputados provinciales y ocho suplentes, junto con los convencionales que redactarán una nueva carta magna, un proceso que podría limitar futuros mandatos o abrir nuevas jugadas políticas. En paralelo, se renovarán concejos deliberantes, consolidando el impacto local de la votación. La ley de lemas, vigente desde 1987 y modificada en 2011, permitirá que los partidos presenten sublemas, acumulando votos para definir ganadores, un sistema que históricamente ha favorecido al justicialismo.
Insfrán, en el poder desde 1995, no podrá postularse nuevamente, pero su influencia sigue omnipresente. El Partido Justicialista (PJ), que domina con el 69.92% en las elecciones de 2023, lidera con 56 sublemas según estimaciones, frente a una oposición fragmentada. El Frente Amplio Formoseño (FAF), con Fernando Carbajal como figura clave, y alianzas como Libertad, Trabajo y Progreso intentan desafiar el statu quo, pero enfrentan acusaciones de censura y violencia política. Con 1,839 candidatos en total, incluyendo 1,398 para concejales, la competencia es feroz, aunque el PJ parte como favorito.
Un Escenario Marcado por Tensiones y Expectativas
La jornada electoral se presenta con desafíos logísticos y políticos. El padrón definitivo, disponible en padron.formosa.gob.ar, permite a los votantes verificar su mesa y escuela, requiriendo solo DNI, género y un código de seguridad. Documentos como DNI o cédulas antiguas son válidos, aunque menores de 18 y mayores de 70 están exentos de votar, según el Código Electoral provincial. Sin embargo, el ausentismo, que en 2023 rondó el 30%, podría repetirse, influido por el clima caluroso y la percepción de un resultado predecible. Las penalidades por no votar incluyen multas de 200 pesos y censura pública, pero su aplicación es cuestionada.
Las denuncias de irregularidades ya ensombrecen el proceso. La oposición, incluyendo el FAF, ha reportado intentos de compra de votos y agresiones a candidatos, como se ha ventilado en redes sociales. Estas acusaciones, combinadas con la eliminación de las PASO en Formosa, refuerzan la narrativa de un sistema diseñado para perpetuar el poder del PJ. Insfrán, en un mensaje reciente, defendió su modelo provincial, prometiendo “avanzar hacia la Formosa que nos merecemos”, pero críticos lo acusan de usar los convencionales para mantener control indirecto.
El sistema de lemas, que permite a cada alianza presentar múltiples listas internas, complica el análisis. El PJ podría acumular votos de sus 56 sublemas para asegurar la mayoría, mientras que la oposición confía en que la fragmentación interna del justicialismo debilite su dominio. El escrutinio, que usará boletas únicas de papel por primera vez en un comicio provincial tras la Ley 27.781, será clave para evitar controversias, aunque la falta de transparencia histórica genera escepticismo.

Implicancias y un Futuro Incógnito
Estas elecciones trascienden lo local. Con Formosa como parte del Noreste Argentino, el resultado influirá en la dinámica del Congreso nacional, donde sus dos diputados en juego en octubre reflejan la polarización actual. La reforma constitucional, impulsada por el fallo de la Corte, podría limitar reelecciones, pero también abrir la puerta a maniobras para proteger a figuras del PJ, como Insfrán o su sucesor designado. La participación será un indicador: un alto ausentismo podría ser interpretado como desinterés o rechazo al sistema.
Para Argentina, el comicio es un test de las elecciones desdobladas, que ya ocurrieron en Salta, Jujuy, Chaco, San Luis, CABA, Misiones y Santa Fe, con Formosa y Santa Fe votando este domingo. La decisión de Insfrán de anticipar los comicios, alineándose con otros gobernadores, busca mantener autonomía frente a la presión de Milei, cuyo gobierno ha recortado fondos federales. Sin embargo, la dependencia económica de Formosa del Estado nacional podría limitar su margen de maniobra.
En las calles de Formosa, la expectativa es mixta. Mientras algunos ven la reforma como una oportunidad de cambio, otros desconfían de un proceso controlado por el PJ. “Siempre gana el mismo, ¿para qué votar?”, se escucha en mercados, aunque otros defienden la estabilidad del modelo insfranista. Con el sol de junio calentando los ánimos, el domingo será un espejo de las tensiones que definen a esta provincia del norte.
A medida que las urnas se abran, Formosa enfrenta un momento de definición. La hegemonía de Insfrán está en juego, no por su reelección, sino por el legado que deje. La oposición busca un quiebre, pero su éxito depende de movilizar votantes y sortear las trabas del sistema. Mientras el país observa, el resultado de este domingo podría ser un anticipo de lo que vendrá en octubre, con Formosa como un laboratorio de la política argentina en 2025.






